Cómo ser un hombre de verdad según la experiencia de un hijo de ministro
Tabla de contenidos
- Introducción
- Mi experiencia como hijo de un ministro
- Cómo la fe ha impactado mi vida profesional
- El significado de ser un hombre de verdad
- 4.1 Ser un líder servicial en el hogar
- 4.2 Ser un modelo a seguir para mis hijos
- 4.3 Ser un esposo comprometido y amoroso
- La importancia de buscar el reino de Dios
- Rebuilding mi familia a través de la gracia de Dios
- 6.1 Cambiando mi enfoque y propósito
- 6.2 Reconstruyendo la relación con mi esposa
- 6.3 Siendo un padre comprometido y presente
- La relevancia de las expectativas y el propósito en la vida diaria
- El poder de las relaciones y el impacto que pueden tener
- Conclusiones
- Recursos adicionales
Mi experiencia como hijo de un ministro y cómo la fe ha impactado mi vida profesional
En primer lugar, quiero expresar mi gratitud por estar aquí hoy. No saben lo significativo que es para mí este momento. Siendo el hijo de un ministro, esta es la primera vez que hablo en una iglesia, y no tomo esta oportunidad a la ligera. No pretendo hablar en nombre de Dios como lo haría mi padre o el pastor Charles. Sin embargo, siento la importancia de compartir mi propia historia y las obras del Señor en mi vida.
Mi padre era ministro en la ciudad de Nueva York, y crecí inmerso en el ambiente de la iglesia. Desde niño conocí al Señor y lo amé con todo mi corazón. Sin embargo, a pesar de haber crecido en la iglesia, no había experimentado personalmente una verdadera relación con Él. Quiero compartir con ustedes algunos aspectos de mi vida como hijo de un ministro y cómo eso influyó en mi camino hacia la fe.
El significado de ser un hombre de verdad👨
Como entrenador de fútbol, a menudo hablo con mis jugadores sobre lo que significa ser un hombre de verdad. Sin embargo, en un momento de mi vida, me enfrenté a la pregunta de qué tipo de hombre quería ser yo mismo. Recuerdo dos conversaciones cruciales con mi padre que cambiaron mi perspectiva y me llevaron a reconstruir mi vida y mi familia a través de la gracia de Dios.
La primera conversación tuvo lugar cuando las cosas en mi vida personal y profesional se pusieron difíciles. Llamé a mis padres pidiéndoles ayuda, y mi padre vino a mi rescate. Desde entonces, mi padre viene a trabajar conmigo todos los días y nos encontramos para tener un devocional matutino. Recientemente, él compartió conmigo Mateo 6:33, animándome a buscar primero el reino de Dios y su justicia. Esta fue una verdad que siempre había conocido, pero en ese momento, esa palabra cobró vida en mí.
La segunda conversación tuvo lugar en un parque en Filadelfia, cuando le dije a mi padre que mi esposa y yo estábamos listos para separarnos. Sentía que habíamos llegado a nuestro límite y que no podíamos seguir adelante juntos. En ese momento, mi padre me planteó una pregunta profunda: ¿Qué tipo de hombre quería ser? ¿Estaba dispuesto a vivir en un mundo donde otro hombre criara a mi hijo y mi hija? ¿Estaba dispuesto a renunciar a mi rol como esposo? Estas preguntas me hicieron reflexionar sobre el significado de ser un hombre de verdad.
Rebuilding mi familia a través de la gracia de Dios🏡
Determiné que necesitaba reconstruir mi vida y mi familia, no cambiando lo que hacía, sino cambiando mi propósito y centrando mi mirada en Dios. No bajé mis expectativas, simplemente las realineé con Su voluntad. Comencé a ser un líder servicial en mi hogar, tratando a mi esposa e hijos con amor y respeto. Me comprometí a ser un modelo a seguir para mis hijos, más allá de proveer todas sus necesidades. También me esforcé por ser un esposo presente y comprometido.
Este proceso de reconstrucción no fue fácil, pero fue la obra de Dios en mi vida. Cinco años después de esa primera conversación con mi padre, recibí la maravillosa noticia de que íbamos a tener una hija, a pesar de lo que los médicos nos habían dicho antes. Y dos años después, tuvimos una segunda hija. Estas bendiciones fueron el resultado de haber reconstruido mi familia según el propósito y el reino de Dios.
La relevancia de las expectativas y el propósito en la vida diaria🎯
A menudo nos enfrentamos a la tentación de bajar nuestras expectativas o querer abandonar cuando las cosas se vuelven difíciles. Pero Dios no nos llama a bajar nuestras expectativas, nos llama a cambiar nuestro propósito y a enfocarnos en Él. En mi vida como entrenador, también aprendí esta lección. Aunque mi objetivo siempre fue ser exitoso y ganar, ahora tengo un propósito mayor: ser un líder y servidor en el reino de Dios a través de mi trabajo.
Es importante recordar la enseñanza de Gálatas 6:4: "Presten atención a su propia tarea, así obtendrán la satisfacción de un trabajo bien hecho sin necesidad de compararse con los demás." No se trata de dejar de trabajar, sino de trabajar con un propósito y centrado en Dios. Cuando buscamos primero su reino, todas las demás cosas serán añadidas a nuestras vidas.
El poder de las relaciones y el impacto que pueden tener❤️
A medida que avanzaba en este proceso de reconstrucción personal y familiar, me di cuenta de la importancia de las relaciones en nuestra vida diaria. Las relaciones son un poderoso medio a través del cual se manifiesta el amor y la gracia de Dios. Tuve la bendición de poder animar a uno de mis jugadores hoy, un joven que a menudo lucha con su confianza. Reconocí que necesitaba demostrarle mi aprecio y reconocimiento, y decidí llamar a su madre para compartirle lo orgulloso que estaba de él.
Lo que no sabía en ese momento era que su madre había sido diagnosticada con cáncer unos días antes y se enfrentaba a una cirugía próxima. Al recibir mi mensaje, ella me agradeció y me pidió que orara por ella. Este fue un recordatorio poderoso de cómo nuestras palabras y acciones pueden tener un impacto significativo en la vida de los demás.
Conclusiones
A través de mi experiencia como hijo de un ministro y mi camino hacia la reconstrucción personal y familiar, aprendí que buscar el reino de Dios y vivir con un propósito transforma nuestra vida. No se trata de bajar nuestras expectativas, sino de alinearlas con la voluntad de Dios. Ser un hombre de verdad implica ser un líder servicial en el hogar, un modelo a seguir para nuestros hijos y un esposo comprometido y amoroso. También aprendí que las relaciones son fundamentales para experimentar el amor y la gracia de Dios en nuestra vida diaria.
Mi deseo para cada uno de ustedes es que no bajen sus expectativas, sino que las enfoquen en el reino de Dios. Que busquen su propósito y lo vivan en cada aspecto de su vida, reconociendo el poder que las relaciones tienen para impactar y transformar. Que la gracia de Dios los acompañe en su viaje y les dé la fortaleza para reconstruir las áreas que necesiten ser reconstruidas.
Recursos adicionales