"El tercer transcendente" de Aristóteles y la clave para las relaciones duraderas
Table of Contents
- 🤔 El "tercer transcendente" de Aristóteles
1.1 El amor hacia una tercera cosa
1.2 La amistad por encima del egoísmo
1.3 La importancia del tercer transcendente en las relaciones duraderas
- 🙏 La liturgia católica y la paz
2.1 La glorificación de Dios como fuente de paz
2.2 Amar un bien trascendente para pacificar nuestras relaciones
2.3 Evitando los conflictos y divisiones
- 💍 La perspectiva pragmática sobre el matrimonio
3.1 La pregunta fundamental: ¿Por qué casarse en la iglesia?
3.2 Amar a Dios juntos: el verdadero significado del matrimonio
3.3 A tres para casarse: la importancia de Dios como tercer participante
- 👥 Aplicando el concepto a las amistades y relaciones personales
4.1 La sabiduría aristotélica como guía para la felicidad en las relaciones humanas
4.2 Buscando el propósito de Dios en nuestras amistades y relaciones
4.3 Encontrando a alguien que comparta nuestro amor por el propósito divino
El "tercer transcendente" de Aristóteles
El reconocido filósofo griego Aristóteles habló del concepto del "tercer transcendente". Con ello, se refería a la idea de que una amistad duradera se sustenta en el amor compartido no solo entre dos personas, sino hacia una tercera cosa. Pensemos en dos amigos que comparten un amor hacia su país, la verdad, la belleza, el cine, los libros, entre otros. Al trascender el egoísmo individual, según Aristóteles, esta amistad se fortalece, ya que se nutre de un bien situado más allá de ellos mismos. Es importante destacar que el filósofo también sostiene que si no existe un bien trascendente que impulse a ambos amigos a superarse, esta amistad puede degenerar en egoísmo. Paradójicamente, aquellas amistades basadas en un tercer transcendente perduran. Si dos amigos o amantes se limitan al simple enamoramiento, esta relación se deteriorará con el tiempo. Este concepto, sin duda, es una de las observaciones más perspicaces de la historia de la filosofía en cuanto a la amistad y las relaciones.
La liturgia católica y la paz
La liturgia católica también nos evoca una idea similar. Cuando decimos "Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama", estamos proclamando la fórmula de la alegría, la paz y el éxito. Es solo cuando entonamos la gloria de Dios en lo más alto que la paz se instaura en nuestras vidas terrenales. Cuando amamos juntos un bien trascendente (es decir, a Dios), nuestras relaciones se pacifican. El problema radica en que si gestionamos nuestras relaciones únicamente entre nosotros, estas tienden a degenerar en disputas, divisiones y guerras. Rindamos gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y solo entonces la paz se manifestará entre nosotros.
La perspectiva pragmática sobre el matrimonio
Durante mi tiempo trabajando en una parroquia, solía interactuar con parejas comprometidas, jóvenes que se preparaban para el matrimonio católico. Después de conocerlos un poco y pasar a temas más serios, solía hacerles la siguiente pregunta: "¿Por qué quieren casarse en la iglesia? Pueden casarse civilmente ante un juez de paz, ¿pero por qué específicamente en la iglesia católica?" Sus respuestas variaban, pero en su mayoría decían algo como: "¡Porque nos amamos!" Yo sonreía y les decía: "Me alegra escuchar eso, pero no es una buena razón para casarse en la iglesia católica. Si se aman, pueden anunciarlo ante el alcalde, hacer una ceremonia en el bosque..." Si bien esto es algo bueno, no es suficiente para un matrimonio católico. Por lo general, esto los desconcertaba. Entonces, invocaba este principio. Cuando te casas en la iglesia, es decir, ante Dios, estás diciendo: "Hemos descubierto que amamos a Dios juntos y que Dios, para cumplir con Sus designios, nos ha unido." Esto no se reduce a "nos conocimos y nos enamoramos". Es algo más extraño y misterioso que eso. Dios, a través de Sus caminos, nos ha unido para que nos salvemos mutuamente y cumplamos una misión en común. Cuando hayas discernido esto, entonces estarás listo para presentarte ante Dios, Su pueblo y decir: "Señor, queremos casarnos en Tu presencia". Eso es amar al tercer transcendente por excelencia. Es por eso que Fulton Sheen escribió hace mucho tiempo un libro titulado "A tres para casarse". La idea es la misma: él conocía a Aristóteles. No se trata solo de dos personas, eso no es suficiente. No es "un esposo y una esposa que se aman". Se necesita un tercer participante: Dios. Juntos, amamos a Dios y nos entregamos a Su propósito. Ahí es cuando estamos preparados para el matrimonio cristiano.
Aplicando el concepto a las amistades y relaciones personales
Ampliemos este concepto en la forma en que consideramos nuestras amistades y relaciones. Mantén presente el principio aristotélico y, sin duda, serás más feliz. Si solo buscas amor, eso no será suficiente. Terminarás buscando amor donde no está presente. Debes buscar la voluntad de Dios, Su propósito, y encontrar a alguien que comparta tu amor por esa voluntad. Entonces habrás encontrado a alguien a quien amar.
Highlights:
- El concepto del "tercer transcendente" de Aristóteles y cómo influye en las relaciones duraderas.
- La relación entre la liturgia católica y la paz.
- La importancia de buscar la voluntad de Dios y Su propósito en nuestras relaciones y amistades.
- Cómo el matrimonio cristiano se basa en amar al tercer transcendente.
- La felicidad y el éxito que provienen de amar algo más grande que nosotros mismos.
- Cómo aplicar estos conceptos en nuestras vidas diarias.
FAQ:
-
¿Qué es el tercer transcendente de Aristóteles?
- El tercer transcendente es un concepto filosófico propuesto por Aristóteles según el cual una amistad duradera se basa en el amor compartido hacia una tercera cosa, más allá de los dos amigos.
-
¿Por qué es importante buscar la voluntad de Dios en nuestras relaciones?
- Buscar la voluntad de Dios en nuestras relaciones nos ayuda a encontrar un propósito más grande y a mantener la paz y la armonía en nuestras interacciones.
-
¿Cuál es el significado del matrimonio cristiano?
- El matrimonio cristiano se basa en el amor compartido hacia Dios y en el deseo de cumplir los designios divinos juntos. Es una unión en la que Dios es reconocido como un tercer participante.
Recursos: