¿Es apropiado que los cristianos eviten a otros? Descubre la respuesta en Romanos 16:17-20
Índice de contenido
- Introducción: El desafío de evitar a otros como cristianos
- Importancia de la unidad y el cuidado entre los cristianos
- Contexto del libro de Romanos y las divisiones en la iglesia de Roma
- Marcando y evitando a aquellos que causan divisiones y ofensas
- Advertencia sobre aquellos que se apartan de la verdadera doctrina
- Cuidado de no ser cautivados por palabras suaves y lisonjeras
- No caer en la trampa de atacar públicamente a otros creyentes
- Enseñanza correcta de la doctrina frente a ataques personales
- Reconociendo las áreas donde es necesario exponer falsas enseñanzas
- Sabiduría en discernir lo bueno y ser sencillos en cuanto a lo malo
- Evitar involucrarse con aquellos que causan divisiones y ofensas
- Confianza en que Dios aplastará a Satanás bajo nuestros pies
- Conclusión: Continuar creciendo en obediencia y fe en Cristo
⭐Evitar a otros como cristianos: Un desafío en la unidad⭐
Como cristianos, se nos anima constantemente a amar y cuidar a nuestros hermanos y hermanas en la fe. Sin embargo, puede surgir la pregunta de si es apropiado evitar a ciertas personas en ciertas circunstancias. En el libro de Romanos, el apóstol Pablo aborda este tema y ofrece orientación sobre cuándo y cómo se debe evitar a quienes causan divisiones y ofensas dentro de la iglesia.
En el contexto de la iglesia en Roma, existían divisiones entre los creyentes judíos y gentiles. Algunos judíos cristianos imponían sus prácticas y demandas a los gentiles, lo que provocaba divisiones y ofensas. Pablo reconoce la importancia de mantener la unidad y la doctrina correcta, por lo que insta a los creyentes a "marcar" a aquellos que causan divisiones y evitarlos.
Es crucial comprender que esto no implica buscar peleas o diferencias menores de opinión. Pablo estaba hablando específicamente de aquellos que se apartaban de la doctrina verdadera de Jesús y del Evangelio. Aquellos que, motivados por sus propios deseos y apetitos, intentaban engañar a los creyentes con palabras suaves y lisonjeras.
Sin embargo, en nuestra búsqueda de la verdad y la defensa de la doctrina correcta, debemos tener cuidado de no caer en la trampa de atacar públicamente a otros creyentes. Pablo nos exhorta a ser sabios y prudentes, evitando el falso orgullo y el deseo de ganar debates. No se trata de exhibir a aquellos con quienes no estamos de acuerdo, sino de enseñar la verdad y exponer las falsas enseñanzas de manera cautelosa y amorosa.
Es importante recordar que cada uno de nosotros tiene áreas en las que estamos en desacuerdo con otros creyentes. No todas las diferencias doctrinales son fundamentales para nuestra fe en Cristo. Deberíamos centrarnos en lo que es verdaderamente esencial y fundamental, evitando estigmatizar y atacar a aquellos que simplemente tienen énfasis diferentes o interpretaciones secundarias.
En última instancia, debemos buscar la sabiduría de Dios para discernir lo que es bueno y sencillos en cuanto a lo malo. No podemos pretender tener todas las respuestas o conocer todos los detalles de la maldad. Pero confiamos en que Dios nos dará la capacidad de reconocer y evitar a aquellos que genuinamente causan divisiones y ofensas perjudiciales para la fe y la unidad de la iglesia.
En conclusión, como cristianos, nuestro objetivo debe ser mantener la unidad y el amor en la iglesia. Si bien hay momentos en los que debemos evitar a aquellos que causan divisiones y ofensas, debemos hacerlo con cautela, sabiduría y humildad. No debemos buscar el conflicto o atacar a otros creyentes, sino enfocarnos en enseñar la verdad y preservar la doctrina de Cristo. Al hacerlo, confiamos en que Dios nos guiará y aplastará a Satanás bajo nuestros pies. Celebremos la obra de unidad y curación que Dios está realizando en su iglesia.