Historias del Taikai: Okinawenses y sus redes globales
Contenido
- Introducción 🌟
- Experiencia con el guía tailandés 🌍
- La diáspora okinawense 🏝️
- Aprendiendo sobre las conexiones familiares 🌺
- Participación en la conferencia internacional 🌎
- La experiencia en 2001 🎉
- Celebrando la diversidad en el evento 🎭
- Limitaciones de la participación local 🙌
- Interacción con los participantes extranjeros 🗣️
- Conclusión ✨
Experiencia con el guía tailandés
En esta sección, quiero compartir mi experiencia personal con el guía tailandés durante mi viaje a Okinawa. Como no soy un experto académico ni un erudito, mi perspectiva es la de una persona común. Cuando el Profesor Kinto me contactó hace unos meses para hablar sobre mi experiencia con el guía tailandés, me sentí emocionado y honrado de estar aquí.
Antes de entrar en detalles, me gustaría saber cuántas personas han asistido a uno de estos eventos internacionales. ¿Cuántos estuvieron presentes en 2006? ¿Y en 2001? ¿Alguien asistió a la conferencia inaugural en 1990?
Ahora, volviendo al tema de mi experiencia con el guía tailandés, debo admitir que no siempre fui consciente de la diáspora okinawense y cómo las personas de esta pequeña isla emigraron a diferentes lugares del mundo. Recuerdo que mi padre solía contarme sobre nuestros parientes en Hawái y en Brasil, pero en ese momento solo pensaba que nuestra familia le gustaba viajar y tenía personas aventureras.
No fue hasta que recibí una beca en el año 2000 que comencé a comprender mejor esta experiencia. Durante mi estadía, conocí a otros becarios de América del Sur y me di cuenta de que éramos solo cuatro personas de habla inglesa nativa. Esta experiencia fue reveladora y me enseñó a entender más sobre la diversidad cultural y la importancia de compartir nuestras historias.
En el año 2001, tuve la oportunidad de vivir en Okinawa y participar en el evento desde una perspectiva local. Trabajaba en un dojo y estaba emocionado por formar parte de la ceremonia de apertura. Aunque había escuchado hablar de las conferencias y esperaba asistir algún día, nunca imaginé la magnitud del evento hasta ese momento.
Recuerdo que era un día soleado y estábamos tocando música en el escenario cuando las luces se encendieron y vi a miles de personas frente a mí. Fue una experiencia impactante. Quería estar del otro lado, sentado y observando a todas esas personas de diferentes partes del mundo celebrando su conexión con Okinawa.
Durante mi tiempo allí, tuve la oportunidad de interactuar con participantes de otros lugares. También acompañé a un grupo de participantes de Los Ángeles y pude presenciar otras actividades. Sin embargo, me di cuenta de que mis estudiantes, jóvenes de 18 y 20 años, solo sabían acerca del evento a través de los medios de comunicación. Había una desconexión entre ellos y la posibilidad de conocer a los participantes extranjeros.
A pesar de estas limitaciones, había formas de interactuar con los participantes extranjeros durante el evento. Por ejemplo, a los participantes se les otorgaba una insignia que les permitía viajar en autobús de forma gratuita y los identificaba como visitantes extranjeros. Esto facilitaba la comunicación y abría la puerta para entablar conversaciones con personas de diferentes nacionalidades.
En conclusión, mi experiencia con el guía tailandés y mi participación en la conferencia internacional de Okinawa fueron enriquecedoras. Aprendí sobre la diáspora okinawense, compartí historias con personas de diferentes países y comprendí la importancia de conectarse con las personas locales.
¡La diversidad es algo hermoso y eventos como este nos ayudan a celebrar nuestras diferencias y encontrar puntos en común!